Un marsupial
vació su saco,
de amor roto,
descocido,
líneas...
¡zarpa
el tigre!
Arañas,
mi corazón.
Se enredó
en el dolor,
en el círculo
de la telaraña fina,
de aquella dama.
¡Infinita araña enamorada!
¡Perenne tigre enmarañado!