
Cuando te pones nervioso
y arrojas esas risitas tímidas color ámbar
y te conviertes en mosquito atrapado en una cápsula de esa sustancia prehistórica
ante el ritmo inevitable que te lleve a ser descubierto.
Tus cajones. Mis cajones. Mis encierros y los tuyos.
Dalí: El escritorio antropomórfico
No hay comentarios:
Publicar un comentario