martes, 18 de enero de 2011

Escalera de literatura corta



Por Diana G. Candelaria

Es al amor al que me invento, aún cuando no hay rostro ni cuerpo, ni corazón al que seguir.
Repaso mis días y mis noches, entendiéndote.
La validez consistía en la armonía, si no estás armónico, sé creativo y consciente.
Temas para sobrevivir a un día normal-rutinal: casa, oficio, origen y destino.
La niña que se peina volteando la cabeza.
Tratemos de tejernos en la piel todos tus afanes.
Eres mi imposible porque eres mi ideal necesario.
Has sido perturbado hasta la cima; después sosiego en mecedora.
En seguida tengo el deseo de ardor espiritual.
Ella siempre vivió la edad que le dictaba el espíritu.
Nadie puede mentirle a la rutina de su humana realidad.
Adoptando los elementos circunstanciales de mi cotidianidad: Cambio de rutina.
Compartir infinidad en brevedad de un instante.
Los niños compiten por el juguete más deseado de la gaveta más alta del ropero.
Mira siempre detrás del zapato que viene de frente.


Laterales de Paul Klee

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