miércoles, 17 de julio de 2013

Síana


Síana nutre de cerezas y manzanas
los roces del encuentro.

Síana cubre de sonrisas cada movimiento.

Síana se desliza cauta y hace nacer un regocijo
desde la noche de sus piernas,
un amanecer de solares senos,
para redimir un deseo:

¡Aquí estoy! ¡lléname de fuego!

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